Comentario
La miniatura ocupa un lugar de excepción en el Gótico Internacional. Carlos V, Jean de Berry, todos los duques de Borgoña, el mariscal Boucicaut y muchos otros fueron coleccionistas. El libro imprescindible es el Libro de Horas. Contiene numerosas oraciones para las horas del día. Hay partes dedicadas a Difuntos, a Santos, Horas de la Virgen y de la Pasión, etc. Esto da lugar a que se ilumine cada ciclo con imágenes alusivas. Hay que añadir el calendario del comienzo, con zodiaco o no, y escenas de tradición antigua más o menos renovada. Salvo casos especiales, es de tamaño relativamente reducido, como manual que es, aunque será posteriormente cuando se hagan muy pequeños.Una de las grandes personalidades del momento se conoce como Maestro de las Horas Boucicaut, precisamente por un Libro de Horas encargado por este personaje. No sabemos quién es, pero se sospecha si será Jacques Coene, importante miniaturista activo en París, y viajero probable al norte de Italia. La obra del maestro es una de las más avanzadas en la recuperación del espacio. En el David o la Huida a Egipto despliega un amplio paisaje, donde parte de la profundidad se obtiene por planos sucesivos, con alguna ingenuidad por medio. La severidad de sus figuras se encuentra en otros manuscritos.Entre los anónimos artistas de París, trabajando para Jean de Berry y otros clientes se encuentra un gran decorador, que comienza colaborando en la marginalia, para acabar realizando obras completas. Ha sido bautizado como Maestro de las Horas de Bruselas, y se supone que viene de Italia. Interesa en España, porque Carlos el Noble compró uno de sus mejores libros, unas Horas hoy en Cleveland. Otro libro del mismo tipo está en la Biblioteca del Palacio de Madrid.La documentación del duque de Berry permite saber a qué artistas se tenía mayor aprecio. Además de André Beauneveu, escultor normalmente y miniaturista en un magnífico manuscrito, donde pintó a la grisalla figuras en las que se combina lo monumental con lo delicado, es Jacquemard de Hesdin quien dirige algunas obras notables. Sobre todo, la dirección de "Las Grandes Horas" (Biblioteca Nacional, París) hizo que se le confundiera con otros artistas. "Las Grandes Horas" debió ser un manuscrito excepcional. Es de tamaño mucho mayor de lo normal, se diría que de uso difícil para una persona. Pero, y es lo que interesa, estuvo ricamente iluminado. Desgraciadamente ha llegado a nosotros privado de las grandes composiciones debidas a Jacquemard, que le daban un aire más excepcional. Por el contrario, la mayor parte de las iniciales con historia se debe a otro maestro que ha sido bautizado, debido al error antiguo, como Pseudo-Jacquemart, y es también un excelente miniaturista. Es de destacar que al hacer el calendario inicial se dijo a los artistas que tomaran como modelo el que había creado Jean Pucelle en el "Breviario Belleville", que se encontraba en la biblioteca del duque.Esto nos explica muchas cosas. En primer lugar, que, para estas grandes empresas, no era un solo artista quien la realizaba, sino un equipo con un posible director. En segundo lugar, que todos los que trabajaban para el duque estaban entre los mejores artistas del momento en Francia y, en tercer lugar, que el duque, como otros contemporáneos sensibles, no sólo promocionaba los grandes encargos nuevos, sino que coleccionaba manuscritos antiguos que habían iluminado grandes artistas del pasado. Complementariamente hay que decir que también sabemos quién era el verdadero Jacquemard y apreciar su valía. Se ha conservado en el Louvre una pequeña pintura sobre pergamino, que no es sino una de las grandes miniaturas arrancadas al manuscrito. Además, Las Muy Bellas Horas de Jean de Berry (Biblioteca Real, Bruselas) fue en buena parte hechura suya.Pero siendo todos importantes, ningunos tan conocidos entre los artistas del duque como los hermanos Limbourg. Su historia es corta y tenemos la impresión de que los tres, Jean, Herman y Paul, murieron jóvenes. En 1400 los dos primeros era aún menores de edad. En 1416 habían desaparecido todos. Sobrinos de Jean Malouel, pintor reconocido en París, posiblemente este parentesco les ayudó a introducirse cerca de una clientela exigente. Así vemos a Paul y Jean trabajando en 1403 una Biblia ilustrada para Felipe el Atrevido, duque de Borgoña. Al morir éste entran al servicio, que no dejarán, de Jean de Berry .Enseguida emprenden las Bellas Horas (Museo Cloisters), colaborando los tres. Es una obra de formato medio, ilumina da con miniaturas grandes que dejar márgenes amplios que se decoran cor vegetales dorados, salvo en casos que se reavivan conscientemente con otros elementos. Contienen ciclos necesarios, pero también hay otros particulares. Hay intentos de evocar efectos lumínicos de noche, como ocurre en la Crucifixión que se atribuye a Herman. En diversas ocasiones es patente que los hermanos tanto conocen el medio en que se mueven, como tienen noticia de lo italiano más o menos contemporáneo.Pero su obra maestra y uno de los grandes empeños de la historia del libro ilustrado son Las Muy Ricas Horas (Museo Condé, Chantilly). Es mayor de tamaño que "Las Bellas Horas", sin alcanzar a "Las Grandes Horas". El Calendario con zodiaco del principio se ha hecho famoso. Le antecede el mensario que se va a desplegar sobre los muros de Torre del Aquila en Trento pero, inmediatamente después, es el que renueva los viejos modelos y crea otros tan complejos que sólo se copiarán en obras de extremado lujo. El interés de Jean de Berry por la astrología, que comparte con su familia y sus contemporáneos, incide sobre los pintores que, aparte de concederle un puesto en el mensario, realizan el magnífico hombre astrológico u hombre-microcosmos que no tiene antecedentes importantes en este tipo de libros. El paisaje como ambiente en el que se mueven sus personajes conoce también un punto de investigación que les hace llegar más allá que sus predecesores. También son sensibles de modo más evidente que en las "Bellas Horas" a la pintura trecentista italiana. Murieron ellos y el duque sin ver terminada la obra. Ya a fines del siglo XV lo completará Jean Colombe, aunque quizás entre medias pudo haber intervenido otro miniaturista.